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2660.- Croquetas para gente coqueta

por Siona

Siendo ayer el #díainternacionaldelacroqueta no podía faltar una entrada dedicada a este jugoso manjar del que hemos hablado aún muy poco en Labores en Red. Mencionadas aquí anteriormente como una delicia para llevar en el tupper, para rellenar de ingredientes inesperados o como un formato de presentación de la quinoa. Aprovechando la merecida efeméride hemos visto muchas sugerentes recetas, desde rutas de la croqueta por ciudades españolas (como Madrid o Barcelona) a rellenos exóticos que la convierten en una delicatesen, más allá de la receta de aprovechamiento.

Croquetas con ensalada (vía Wikipedia)

El origen de la croqueta se sitúa en Francia, aunque es más popular en Sicilia, en los Países Bajos y en España, donde puede comerse como acompañamiento, plato principal, entrante o tapa. Podemos encontrar croquetas a lo largo y ancho del mundo con sus diferentes denominaciones: aloo tikki en India, Kroket en Indonesia, korokke en Japón, goroke o keuroquet en Corea…pero si queréis saber más sobre el origen de la croqueta, echad un ojo al enlace a continuación.

Sobre el origen de la croqueta por Biscayenne (vía El Comidista)

Mi dilema con las croquetas está en que «las de mi madre son las mejores», sin embargo uno es consciente de que tu madre las ha hecho con la carne que los hijos no han querido tocar del cocido al día siguiente de ponerlo. Es más, en mi casa aún hoy le decimos «no, no quiero carne, mejor haz croquetas con ella». Luego está la receta, no es que sea el secreto mejor guardado, pero es un hecho que todas las madres las hacen a ojo. Esto es así, que cuando te enseñan te dicen una cucharada (de tamaño indeterminado) de mantequilla, equis de harina, la leche, el sofrito de tropezoncillos menudos de lo que haya considerado oportuno aportar a las croquetas, ya sea la carne de cocido, pollo, bacalao… en una cantidad también variable. Y luego a reposar y a colaborar todos en dar forma y rebozar la masa. Implosible replicar cuando te independizas con exactitud, así que te vas conformando con masas más o menos blandas y jugosas hasta que, la rueda de la vida, hagas lo mismo con tus hijos.

Pero en la era de internet está solucionado: sólo hay que ir y copiar y medir de una receta con proporciones que asegure una masa de textura excelente. Hace años tuve que admitir que con las recetas para la dichosa thermomix, a la que tanta tirria tengo por hacer buenos a cocineros que no tienen mucha idea, son un chollazo a la hora de calcular proporciones acertadas.

¡Vamos allá con unas cuantas sugerencias!

Primero con el método tradicional, que todo hay que decirlo, pero para los torpes en la cocina nunca está de más repetirlo una y otra vez.

«No quiero carne… mejor haz croquetas» (vía De Rechupete)

Después las proporciones chulis para la máquina, al fin y al cabo, es ponerse a hacer la masa sin que quede mucho grumillo y estar pendiente de que no se achicharre nada.

Croquetillas de jamón… que la máquina sólo hace la masa, ¿vale? (vía Mis Thermorecetas)

Personalmente me encantan las de bacalao, porque me gusta el pescado y esta es una de esa formas de comerlo sin sufrir porque te encuentras espinas. Ideal para niños a los que hay que cebar sanamente en edad de crecimiento.

Una receta muy «de madre» con sus medidas a cucharadas y sus formas irregulares (vía Directo al paladar)

Otro formato que me dejó un poco loca, porque en mi casa no se habían hecho así nunca, fueron las croquetas de huevo duro. He de decir que yo soy muy de zamparme los huevos duros a bocados, sin más, por lo que me sorprendió gratamente encontrarme con un «gajo» de huevo en mi croqueta.

Croquetas de huevo (vía Bizcochela)

Vamos a ponernos exóticos para demostrar la versatilidad de una masa y un rebozado, salgamos de los clásicos del hogar para darle duro. La alta cocina también está a tu alcance… aunque sean ingredientes de los que nunca «sobran» en un hogar medio, siempre puedes recrear tu versión. ¿Que no tienes boletus ni los  sabes reconocer? Espera a que llegue la temporada de níscalos y puedas recoger algunos del campo, y quien dice níscalos dice champiñones, ¿por qué no?

Croquetas de cecina y rúcula (vía Rtve)

Croquetas de boletus (vía Pintxos ya)
Croquetas de queso de cabrales (vía Mis recetas caseras)

Las verduras también tiene su lugar en el mundo, naturalmente, y es que son muy buenas y ¡también quedan bien en las croquetas!

Croquetas de verduras (vía Hogarmanía)

También los veganos tienen su oportunidad de comer croquetas, que estamos siempre pensando en lo único: mantequilla, leche… Démosles también una oportunidad, a ver qué tal.

Croquetas veganas (vía Cuerpomente)

Y finalmente, como no podía ser de otra manera, ¿imagináis este crujiente manjar en su versión dulce? Pues las hay, de plátano, de arroz con leche… e incluso con pepitas de chocolate.

Croquetas dulces con chocolate (vía María Lunarillos)

No os sintáis mal si os habéis puesto alguna vez hasta arriba de croquetas, siempre podeís pensar en este campeón vasco, Patxi Bollos, que se tomó 236… y luego cenó.

Patxi bollos (vía Donostiando)
¿Cuáles son vuestras favoritas?

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