Son unas uvas, verdes, no hay fuente original para la fotografía 😉 |
Fuente: Morgan Trinker Photography |
Fuente: jjmedia |
Fuente: chiestore |
Fuente: silvanadifranco |
Son unas uvas, verdes, no hay fuente original para la fotografía 😉 |
Fuente: Morgan Trinker Photography |
Fuente: jjmedia |
Fuente: chiestore |
Fuente: silvanadifranco |
¡Hoy hablamos de fruta, no de pájaros raritos! El kiwi o actinidia deliciosa, es una fruta originaria de China, introducida en 1904 en Nueva Zelanda. La planta es una enredadera que crece en zonas templadas y, la verdad sea dicha, tiene una pinta preciosa a la par que deliciosa, con hojas redondas y flores blancas.
Cultivo de kiwi verde Hayward (vía Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario) |
El sabor de los kiwis es ácido, aunque si están maduros de verdad la pulpa no resulta tan áspera y no hay que recurrir a las variedades dulces híbridas que han sacado de color dorado. Como todo lo ácido, nos da un juego especial tanto para dulce como para combinar en ensalada. La variedad más extendida, la Hayward, se cosecha la primera quincena de noviembre. Quizá por eso los últimos que compré me han sabido más deliciosos que nunca. Me encanta comerlos cortando por la mitad y con la cuchara, como si fueran un yogur, pero últimamente los pelo y parto en trozos para compartir con el bebé.
Como siempre, si tenemos una amplia cosecha en nuestras manos, posible es, ya que vivimos en una zona templada y podríamos plantar una de estas enredaderas en el patio, lo primero es hacer una mermelada.
Mermelada de kiwi (vía Directo al paladar) |
Y aprovechando la mermelada, galletas rellenas de la misma, mmm.. qué cosa más sugerente, una galleta que la muerdes y es verde por dentro, ¿cómo no la incluí entre los dulces para Halloween?
Galletas rellenas de kiwi (vía Recetas ABC) |
El bizcocho es un básico de la cocina, para aprovechar frutos un poco maltratados sería la primera opción. No os deis un atracón, que luego tiene consecuencias.
Bizcocho de kiwi (vía Recetín) |
Para llevar tenemos la opción de hacer bocaditos de kiwi deshidratado, son como galletitas. La historia estaría en deshidratar el kiwi.
Bocaditos de kiwi (vía El zurrón de los postres) |
Como postre chulo y sano para estas fiestas, ¿qué tal un vasito de Kiwi con mascarpone? Me encantan las opciones no tan dulces.
Vasitos de kiwi y mascarpone (vía Julia y sus recetas) |
Mencioné la posibilidad de hacer ensalada con los kiwis, ¿qué tal de tomate y kiwi? Tenemos la combinación de siempre de rojo y verde, pero mucho más jugosa que con la lechuga, ¡dónde va a parar!
Ensalada de tomate, kiwi y queso fresco (vía La emperatriz de Lavapiés) |
Un entrante ideal de cara a los menús de navidad es ponerle un poco de glamour frutal a nuestra postre, por ejemplo, combinando kiwi, mango y otras frutas. Meditad sobre ello: el ácido del kiwi, el dulzor del mango… el equilibrio perfecto. Y además ¡superligero y para toda la familia!
Ensalada de frutas, dulce y refrescante a la vez (vía Tus recetas del mundo) |
A diario también podemos disfrutar de una opción de merienda diferente, como este sandwich de pollo y kiwi, como ya habíamos comentado, ¿por qué limitarnos a lo dulce?
Sandwich de pollo, kiwi y chile (vía Mujer de élite) |
Por último, esos bebés que están para comérselos cuando duermen, literalmente:
Kiwis a escala (vía Cuánta razón) |
Este libro contiene 15 tutoriales que muestran cómo crear prendas partiendo de cero. Cada uno de estos 15 diseños se basa en una de las tres formas geométricas más simples: el rectángulo, el círculo o el triángulo. Los tutoriales no utilizan patrones para costura creados de antemano, sino que muestran cómo trazar las sencillas formas necesarias para la confección de prendas que se adapten a nuestro cuerpo. Todas las prendas que se incluyen en la sección dedicada a los rectángulos se han confeccionado usando piezas de tejido rectangulares. Todas las prendas que se incluyen en la sección de los círculos se han diseñado utilizando piezas de tejido total o parcialmente circulares. La sección dedicada a los triángulos tiene un matiz más lúdico, con diseños creados a partir de piezas triangulares y otros en los que se utiliza el triángulo para crear espacios en negativo.
Comenzaremos con el rectángulo:
A los seres humanos nos encanta crear cosas con rectángulos. Nos gusta la estabilidad de los objetos con cuatro esquinas, desde los edificios construidos con ladrillos hasta los libros impresos en humildes hojas de papel. Si miramos a nuestro alrededor, ¿cuántos objetos de forma rectangular podemos ver? Mi particular mundo artificial está abarrotado de objetos fabricados siguiendo esta forma sencilla y equilibrada: el ordenador en el que escribo estas líneas, el escritorio sobre el que se apoya, la pecera del rincón de la habitación y la ventana a través de la que contemplo el exterior.
Nuestros cinco diseños “rectangulares” se basan en esta forma estable que transmite tranquilidad. Trabajaremos el rectángulo como si fuera una página en blanco. Aunque no estamos hechos de rectángulos, podemos dar forma tridimensional a superficies planas de tejido para que se adapten a las irregularidades de nuestra forma humana. Como si fuésemos un escultor que talla el bloque rectangular de mármol para sacar a la luz una bella forma fluida, o el pintor que trabaja sobre un lienzo rectangular hasta que su forma desaparece bajo la pintura, y logra que nuestro interés recaiga en la imagen, manipularemos la forma rectangular básica para crear prendas cuya belleza excederá su modesto origen.
Seguiremos con el círculo:
En esta sección veremos cinco tutoriales que nos permitirán dominar el poder espontáneo y orgánico del círculo. El círculo es una forma más salvaje que el rectángulo. Al no estar limitado por esquinas, puede ondular de forma libre. El círculo posee una energía propia, ya que carece de lados planos sobre los que reposar. En la naturaleza, el planeta Tierra gira sobre sí mismo, llevándonos consigo sin preguntarnos si queremos acompañarlo en su viaje; en el mundo creado por el hombre, las ruedas giran cada vez con mayor velocidad, transportándonos a otros lugares. Los hombres y mujeres necesitamos controlar el círculo; así, marcamos su perímetro con muescas para crear un mapa del tiempo en forma de reloj, o utilizamos una cuchilla circular para cortar pizzas redondas en porciones más pequeñas y manejables.
En nuestros tutoriales, intentaremos domar el círculo cortando segmentos de piezas circulares de tejido, como si se tratase de una tarta, y los usaremos para confeccionar prendas. Asimismo, aprovecharemos su poder orgánico para apreciar las ondulaciones que surgen de las formas circulares.
Iremos un paso más allá con el triángulo:
El triángulo posee la estabilidad del rectángulo —ya que puede apoyarse sobre uno de sus lados planos— y algunas de las propiedades dinámicas del círculo —porque apunta hacia arriba y da la sensación de que va a despegar en cualquier momento, como si fuera una nave espacial—. Dejaremos que esta fascinante forma hable por sí misma.
Desde los triángulos amorosos a la Santísima Trinidad, esta forma puntiaguda se ha utilizado a menudo para indicar espacios o situaciones fuera del control humano. Las mayores estructuras del planeta que adoptaron forma triangular son, probablemente, las antiguas pirámides egipcias que, pese a su antigüedad, parecen conjurar el espectro de lo futurista y lo sobrenatural. Los triángulos también se emplean en el simbolismo místico para representar portales que conducen hacia un conocimiento espiritual superior, o puertas que nos atraen hacia otros mundos y dimensiones. Así, se cree que el triángulo de las Bermudas es un agujero a través del cual la materia puede, literalmente, desaparecer sin dejar rastro.
Algunos de los diseños de esta sección aprovechan el poder positivo de esta forma para crear prendas a partir de piezas triangulares de tejido y para utilizar sus formas angulares en la creación de modelos vanguardistas. Otros utilizan el triángulo como ausencia para crear espacios vacíos. ¿Llegaremos a comprender el triángulo? Tal vez no, pero podremos llevarlo puesto. […]
Recuerden que este finde, en el Museo Marítimo de Barcelona, se celebra el Festivalet. Y la editorial Gustavo Gili estará allí. |
Los libros de actividades para bebé, también conocido libro tranquilo o quiet book, o qp pages, tienen un potencial tremendo como manualidad en la que podemos tocar muchos ámbitos. Con ellos entretenemos a los más pequeños de la casa, al tiempo que podemos ir enseñándoles actividades útiles para el día a día.
A una base de fieltro y tela podemos unir de todo: cintas, velcro, cremalleras, botones, cuentas y cordones, lana, plástico para hacer ruido, solapas, bolsillos, transparencias, corchetes… podemos dar forma a ejercicios para trabajar la motricidad fina, las asociaciones de colores y formas, hacer trenzas, atar cordones y hacer lazos, contar y aprender los números, estimular los sentidos como el tacto e incluso el oído, no sólo la vista. El límite es la imaginación y, si andamos escasos, internet está repleto de ideas.
Con unas llamativas flores podemos aprender a abrocharnos los botones.
Juegos con botones (vía Mi dulce melocotón) |
Los colores del arcoíris, nuestro nombre, abrochar hebillas son otra de las actividades que podemos recrear.
Velcro, broches, botones nos pueden dar mucho juego (vía Happy hooligans) |
Con este ejercicio nos preparamos para asociar calcetines, ¡cada oveja con su pareja!
Parejas de calcetines en la lavadora (vía Tip Kids) |
Podemos inspirarnos en el fondo marino para crear un ecosistema en el que pescar diferentes seres.
Fondo marino (vía Increíble pero fieltro) |
Contar en un ábaco sencillo en el que cada hilera tiene el número de cuentas correspondiente.
Ábaco de un libro de juegos (vía Cositas calladas) |
No nos limitamos a las páginas de un libro, podemos pasarnos a las tres dimensiones creando un cubo inspirado en personajes como Harry Potter.
Cubo de actividades de Harry Potter (vía Bugaboo city) |
O jugar a desplazarnos de un lado a otro del estanque saltando por las hojas de nenúfar.
Rana saltando en una charca (vía Powerful mothering) |
Unas trenzas para peinar mientras la mano de la muchacha saluda.
Chica con trenzas (vía Kit’s crafts) |
Las texturas son todo un mundo que explorar: lo rugoso, lo sintético, lo liso, lo suave, lo áspero…
Libro sensorial (vía The eyes of a boy) |
En mi caso y, habiendo observado lo que causa furor en los primeros meses de vida, no me faltarían estampados de cuadros y lunares, cintas cortas que tocar y chupar y solapas rellenas de plástico para fascinarse con el ruido que hacen al estrujarlas. Los espejos irrompibles tampoco son mala idea, ya que los pequeños alucinan mucho con su propia imagen y las cosas brillantes. Incluir alguna página con marionetas de dedo de fieltro también sería interesante, así como una cara en la que colocar ojos, nariz, boca o incluso pelo que trenzar o coger con pincitas.
Hay muchos sitios que descubrir e investigar, por ejemplo aquí recopilan muchas plantillas para páginas, en inglés.