Inicio Uncategorized 2622.- Presentación de nuevas iniciativas de Save the Children

2622.- Presentación de nuevas iniciativas de Save the Children

por Siona

En Save the Children España  llevan casi 100 años con el compromiso de cambiar para siempre el
modo en el que el mundo trata a los niños y las niñas. Una forma de
lograr estos cambios es mediante la sensibilización y la formación,
dando a los niños, a las niñas y a todas las personas que rodean su
entorno, las herramientas necesarias para puedan defender sus derechos. En esta ocasión se crea una escuela para madres y padres #EscuelaSave con pautas de actuación frente al acoso y el ciberacoso.

El objetivo último: acabar con todas las formas de violencia contra la infancia

La semana pasada pudimos acudir a la sede de Save the Children un coloquio con José Antonio Luengo, especialista en educación y desarrollo social al que podemos seguir en su blog y en twitter. En ella se habló sobre esta novedosa escuela en la que todos podemos aprender cómo actuar ante ccasos de acoso teniendo en cuenta a todos los actores del mismo: víctima, acosador, testigos, profesores y padres. Pusieron a nuestra disposición la guía de actuación y el curso online y gratuito, al cual deberíamos dar difusión para erradicar la violencia en las escuelas entre todos.

José Antonio Luengo y compañeras madresféricas en la presentación del curso.

En el curso se tratan los siguientes temas:

  • Definiendo conceptos: qué es el acoso y el ciberacoso
  • ¿Cómo podemos detectar una situación de acoso o ciberacoso?
  • ¿Qué debo hacer si mi hijo sufre acoso o ciberacoso?
  • ¿Qué debo hacer si mi hijo es testigo de una situación de acoso o ciberacoso?
  • ¿Qué debo hacer si mi hijo es el agresor?
  • La relación con el colegio
  • Prevenir para que el acoso nunca llegue a producirse

A continuación os resumimos el contenido del folleto y el curso, para que os hagáis una idea de qué estamos hablando.

Definimos acoso entre iguales cuando hay una conducta de hostigamiento, intimidación y persecución física y/o psicológicas de uno o varios chicos o chicas contra otro. Se trata de acciones intencionadas, injustificadas y reiteradas. Hay que tener en cuenta que una pelea, un empujón o una broma desagradable de forma aislada no es acoso, sino agresión. Deben darse tres características: Intencionalidad de hacer daño, repetición en el tiempo y desequilibrio de poder, cuando la víctima no puede defenderse por si misma porque hay una desigualdad de poder física, psicológica o social.

Hablamos de ciberacoso cuando detectamos conductas de maltrato y violencia psicológica en el escenario de relaciones interpersonales que se desarrollan utilizando las tecnologías de la información. Es una forma de violencia compleja por la publicación, rápida difusión y exposición de la víctima. Se caracteriza por la inmediatez de las acciones, la publicidad amplificada, la difusión instantánea y la viralidad e incremento del impacto. Se podrían considerar acoso las siguientes conductas: Enviar mensajes dañinos o desagradables, publicar una fotografía sin la autorización de la persona que aparece, apropiarse de información privada y difundirla en la red…

Ciberacoso (imagen vía Yo no soy asistenta)

¿Qué podemos hacer cuando sospechamos que nuestro hijo es la víctima? La detección precoz es la mejor forma de minimizar consecuencia. Debemos estar alerta ante síntomas: No quiere ir al colegio, instituto o actividad extraescolar; muestra tristeza, apatía, nerviosismo; tiene muchos cambios de humor y se muestra miedosos y desconfiado; tiene cada vez menos relación con sus amigos y amigas; cambia sus hábitos de comida y empieza a quejarse de diferentes dolencias; le cuesta concentrase y bajan sus notas; de repente casi no utiliza el móvil, tablet o el ordenador y cuando lo hace se altera.

Ante estas situaciones debemos conversar con nuestro hijo, escucharle y creerle, reforzar la idea de que no merece estar sufriendo y que vamos a buscar juntos una solución; ayudarle a identificar las cosas positivas de su día a día; potenciar su autoestima; consultar si le gustaría buscar ayuda externa con un profesional; incluir a toda la familia y ayudarle a encontrar actividades en las que se sienta bien y alternativas de ocio. En situaciones de ciberacoso también es posible denunciar en la red social o videojuego; bloquear a las personas con conductas agresivas y acudir ante las autoridades (policía nacional, autonómica o guardia civil) si estamos ante hechos posiblemente delictivos.

Debemos aprender a escuchar a nuestros hijos (vía Educar desde la familia)

¿Y si sospechamos que nuestro hijo es el agresor? Se comentó en la charla que no siempre está siguiendo un ejemplo erroneo que ve en casa, no tiene porqué ser también víctima de acoso en el hogar o ser responsabilidad de los padres. Simplemente tiene un patrón de conducta social con sus iguales que ocasionalmente puede generar situaciones propias de acoso, maltrato e intimidación hacia compañeros: le cuesta controlar su mal genio, tiene comportamientos agresivos en casa con la familia, le cuesta compadecerse e identificarse con el dolor que pueden sentir otros, le oímos hablar de forma agresiva y desconsiderada de alguno de sus compañeros, justifica que haya personas que puedan ser tratadas con desprecio y de forma agresiva, o bien muestra un carácter agresivo y vengativo cuando se le contradice. 

No es fácil aceptar este tipo de situaciones, pero el primer paso para ayudar a nuestro hijo es afrontar con valentía y responsabilidad los hechos y buscar la ayuda pertinente necesaria. Deberemos permitirle que se exprese y escucharle, mostrar empatía con la víctima, reformar la idea de que las diferencias o conflictos deben solucionarse de forma no violenta, ayudar a nuestro hijo a asumir que se ha equivocado y que su comportamiento es inapropiado y que este comportamiento tiene consecuencias que debe asumir y aceptar. Debemos buscar juntos alternativas de respuesta para la situación que ha creado, profundizar en la idea de la reparación del daño y la solicitud de perdón a la víctima, consultar sobre la necesidad de ayuda externa por profesionales especializados. Conviene implicar a toda la familia en estas tareas.

Cuando los niños son testigos (vía Sinalefa2)

Nuestros hijos pueden ser testigos en muchas ocasiones de situaciones de maltrato entre iguales que afectan a compañeros o conocidos. Pueden asumir distintos roles: facilitar la agresión, conociendo, apoyando y favoreciendo la difusión de la misma; testigos pasivos que conocen y no hacen nada para evitar lo que sucede; testigos activos que se posicionan ante lo que ocurre y desarrollan acciones para que la agresión cese.

Debemos hablar con nuestros hijos de manera natual y sin presiones para saber cómo interpretan esas situaciones. Hay que reforzar en ellos la idea de que no es un chivato, sino alguien sensible y valiente que denuncia una situación injusta. Una de las actuaciones sería reflexionar con nuestro hijo sobre la posibilidad de que ayude al compañero que está siendo objeto de acoso o ciberacoso, bien apoyándole en clase, en los recreos, hablando con otros compañeros o comunicando la situación al centro educativo. 

Acceso directo a la guía de prevención de la violencia en el entorno educativo.

Todo esto es un trabajo en equipo, padres y centro educativo deben coordinarse. Cuando se ha preguntado a los chavales qué quieren una de las peticiones ha sido que los profesores también sean valientes ante la sospecha o certeza de situaciones de acoso. El esquema básico a seguir sería, en primer lugar, acudir al centro educativo a explicar la situación que conocemos, hablar con el tutor o la persona de confianza dentro del equipo, consultar qué pasos va a seguir el centro (todo centro educativo tiene un protocolo de acción en estos casos), consultar las medidas iniciales que se pueden o van a adoptar, sobre los tiempos previstos para aclarar los hechos, consultar las dudas que nos surjan sobre la información inicial que nos aporta el centro, compartir con nuestro hijo la información básica que hemos recogido en la reunión con el centro educativo, ponernos a disposición del centro para lo que se nos requiera y atender las necesidades de nuestro hijo. En caso de que no estemos de acuerdo con el modo, procedimientos o teimpos de desarrollo o sobre la decisión final adoptada por el centro educativo, podemos dirigirnos a instancias superiores al centro como el servicio de inspección educativa. Incluso, si no se dan resultados, con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.

Desde Labores en Red queremos hacernos eco de la importancia de la difusión de estas herramientas, necesarias para la erradicación de la violencia en la infancia y concretamente en el centro educativo. Algunas premisas son tan básicas, como la educación en la empatía, que no sólo serán útiles para vivier en armonía durante la etapa escolar, sino también el resto de su vida. Porque con una buena educación emocional para todos obtendremos, a largo plazo, un mundo mejor para todos.

¿Educas con empatía a tus hijos?
Hazlo por un mundo mejor.
#EscuelaSave

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